No quisiera pensarlo.
Pensarlo no quisiera.
Pero la felicidad mi
mente me dice, que es
aderezo de interior paz
con la palabra amor.
Mézclese vigorosamente
como el mejor cóctel
que se pueda tomar.
Bébaselo tranquilamente.
Espere al efecto que
puede llevarlo a la locura.
El parisino de París
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