NO OLVIDAR
Otro día más que ha pasado.
Y más que pasarán.
Y será momento de no olvidar.
Pues
lo sucedido es muy grave.
Gravísimo todo lo ocurrido.
Y después de enterrar a los fallecidos
con toda la dignidad del mundo
de la "gota fría", no deberemos olvidar.
Cada día que pasará debemos acordarnos
de toda la descoordinación por la incapacidad
de las autoridades para la ayuda inmediata y rescate.
Sobre todo la falta de empatía por los que sufren.
Sin olvidar, a los grandes heroes que con palas,
cubos, comida y todo lo que han podido llevar
para ayudar a todos los afectados que no tenían
nada por lo perdido por la catástrofe. Y aquellos
profesionales al servicio del ser humano que están
trabajando desde el primer día para el rescate
de las personas desaparecidas y encontradas.
Y a día de hoy toda ayuda es poca.
Déjense los que fueron elegidos de sus batallas
por el poder. Ahora es el momento de la verdad,
si son seres humanos o son unos canallas pensando
solo en lo mío, sin estar a lo que deben estar.
Y si les viene grande lo sucedido, váyanse a casa.
Por incompetentes y no saber tomas decisiones rápidas
en los momentos que deben ser tomadas para mitigar
lo sucedido lo antes posible. No tiene espera la tragedia.
Al pasar el tiempo no deberemos olvidar quienes estuvieron
desde el principio para ayudar, aunque fuera solo
con agua pagada de sus propios bolsillos jugándose la vida.
Eso y los otros fueron los que nunca olvidaremos.
La tarea va a ser ardua y de meses y de años para volver
a como estaba, o deberá ser mejor los pueblos y ciudades
arrasadas por el agua. Por eso, para ese trabajo y toma
de decisiones serán necesarios hombres y mujeres de verdad
llenos de inteligencia y sobre todo empatía para que los recursos
públicos que son de todos, sean los más efectivos para reconstruir
y sin llevarse nada a los bolsillos. Pues sería asqueroso.
Hoy dos de noviembre de dos mil veinticuatro, no vamos a olvidar
nada de lo sucedido en las tierras valencianas con tanto sufrimiento
Es momento de los hombres y las mujeres de verdad.
juan antonio garcía vidal