A todos los que entreis en mi blog.

Sólo deciros que busquéis la belleza que hay en las pequeñas cosas de la vida como por ejemplo: una canción, un poema, un sueño... Es lo único que nos quedará dentro de nuestra mente. Ya que vivimos todavía en este asqueRoso mundo. Donde aún permitimos que los niños se mueran de hambre porque no tienen comida para darle sus madres. ¡ES UNA VERGUENZA! Todos debemos intentar hacer algo por ellos, aunque sea una mínima ayuda, cada uno con lo que pueda, ya sabemos que todo se mueve con el asqueroso dinero. Constribuyamos con lo que podamos. Ellos nos lo agradecerán.
"Buscad la belleza porque es la única forma de vivir en este asqueroso mundo". Qué a la misma vez es bello.
Adios a todos los amigos y amigas que veáis mi blog. Que el transcurrir de vuestras vidas o traiga grandes alegrías. Siempre después de las tristezas llega la luz. Sólo hace falta resisitir. Ya lo dice el poeta "Rainer Maria Rilke". Poeta de lo visible a lo invisible. "Estar aquí es maravilloso". Vamos a aprovecharlo una vez que nos han dado la vida.

LA VIDA

MAS DE QUE SIRVEN NUESTRAS VIDAS
SI NO ENRIQUECEN A OTRAS VIDAS

José Hierro

lunes, 16 de febrero de 2009

2 Cartas del Vivir Rainer Maria Rilke

2.A Emanuel von Bodman 4


Westerwede (Bremen), 17 de Agosto de 1091


Mi querido Bodman:


Le doy las gracias por su carta y por sus versos, prendas de su amable y sincera confianza. Aprecio que me haya podido escribir en días de tanta seriedad y no me tomará a mal que reclame el derecho de comunicarle algo de mi opinión sobre tales combates. (…)

Creo que el matrimonio, en cuanto tal, no tiene, tanta importancia como se le ha dado por el desarrollo convencional de su naturaleza. A nadie se le ocurre exigirle a un soltero, a un solitario, que sea “feliz”, pero ante un casado todos se extrañan de que no lo sea. (Realmente, no tiene excesiva importancia “ser feliz”, ni soltero ni casado). El matrimonio, en ciertos aspectos, es una simplificación de las circunstancias de la existencia: la unión suma las energías y voluntades de dos jóvenes, de tal modo que, juntos, parecen llegar más lejos orientados hacia el porvenir que antes, por separado. Si embargo, todo eso son sensaciones de las que no se puede vivir. Ante todo, el matrimonio es una nueva tarea y seriedad; una nueva exigencia y pregunta hecha a la fuerza y bondad de todo el que participa en él, y un nuevo y enorme peligro para ambos.

Siento que, en el matrimonio, no hay que crear una rápida comunidad, barriendo y destruyendo todos los límites, sino que, más bien, el buen matrimonio es aquel en que cada cónyuge sitúa al otro como custodio de su soledad y le otorga esa suprema confianza. La unión de dos personas es algo imposible y donde, al parecer, existe, se trata de una limitación, de un convenio mutuo que arrebata a una parte o a ambas su más pleno crecimiento y maduración. No obstante, darse cuenta de que, incluso entre los seres más cercanos han de seguir existiendo infinitas lejanías, puede contribuir a que crezca en ellas una maravillosa forma de vivir juntas, si consiguen amar y valorar la distancia que reina entre ellas, distancia que les da la posibilidad de verse siempre uno a otro en toda si figura y ante un inmenso cielo.

Por lo mismo, ha de tener plena validez esta regla ante la posibilidad de rehusar o elegir: ¿se puede uno convertir en el custodio de la soledad de otro? ¿Se siente uno inclinado a poner a ese mismo ser ante la puerta de la propia profundidad, de la que sólo se capta lo que, con traje de fiesta, surge de lo que es oscuro y grande y grande?

Esta es mi opinión y mi norma. Si le es posible, no tarde en darme noticias de usted, con ánimo y bondad.

Su fiel
Rainer Maria Rilke