¡No, no quiero lo que se fue en sus albas! ¡No, no, fue fuego demoniaco! ¡No, no, ya no! Lo detesto, detestaré por sí, porque amargo fue en casi todo. Solo salvó la vida venida querida- ¡Maldita maldición, ahora por bien, para crecer por bien como ser!. No sé, solo sé lo que paso. Sin querer queriendo me diste la vida.. ¡Sí, tú, maldita! Sin saber sabiendo infierno. Definitivamente, sí quiero queriendo lo de ahora, lo gane, y seguiré ganando. Cambiando con nuevas albas. ¿Dónde llegaré? No sé. Pero si sé, que el Éter, día, noche, alumbra.

El parisino de París

He visto y veo como las hojas caen como siempre. Mas me digo que no es el mismo de antaño. Veo que es más luminoso, por mor de tanto, de tanto, por el principal llamado azul del cielo. Lo veo y me pregunto tantas cosas, que van y vienen con sus hojas.

El parisino de París

ORO

Encontré oro.
¿O el oró me encontró?
¡Metal, metal, humano!
¡Humano, metal, humano!
Oro, oro de las tierras
allende del Océano lejano,
de lejanía. Oro puro.
Puro oro, eres, amor.
El oro de las profundidades
de la mina, donde lo que hay,
es Amor, Amor, puro.

El parisino de París

A LO LEJOS

Cúpula dorada allá a lo lejos.
Refleja más con el sol dorada.
Cúpula dorada allá a lo lejos.
La descubrí en la ciudad lejana.
Cúpula dorada. Allá a lo lejos.
Al verla mi corazón entró en éxtasis.
Cúpula dorada. Allá a lo lejos.
Todos quisieran verla en sus ciudades
Cúpula dorada. Allá a lo lejos.
A tu encuentro me dirijo mi amiga.
Cúpula dorada allá a lo lejos.
Solo existes tú en la ciudad.
Cúpula dorada allá a lo lejos.
Pronto nos volveremos a ver.

El parisino de París