HECES
Heces y más heces encontré
en la putrefacción que se había convertido
el Mundo dónde vivíamos.
Más heces por todas partes nos inundaban.
Sin saber de dónde venían.
¡O sí sabiendo de dónde!
¡Heces, heces, mal olientes inundaban
las ciudades humanas!
¿No serían de todo nosotros?
Claro, ahora me dirán que el poema
huele a heces, heces.
¿Quiénes las limpiarán?
Los poetas ya se han cansado.
jagv