A todos los que entreis en mi blog.

Sólo deciros que busquéis la belleza que hay en las pequeñas cosas de la vida como por ejemplo: una canción, un poema, un sueño... Es lo único que nos quedará dentro de nuestra mente. Ya que vivimos todavía en este asqueRoso mundo. Donde aún permitimos que los niños se mueran de hambre porque no tienen comida para darle sus madres. ¡ES UNA VERGUENZA! Todos debemos intentar hacer algo por ellos, aunque sea una mínima ayuda, cada uno con lo que pueda, ya sabemos que todo se mueve con el asqueroso dinero. Constribuyamos con lo que podamos. Ellos nos lo agradecerán.
"Buscad la belleza porque es la única forma de vivir en este asqueroso mundo". Qué a la misma vez es bello.
Adios a todos los amigos y amigas que veáis mi blog. Que el transcurrir de vuestras vidas o traiga grandes alegrías. Siempre después de las tristezas llega la luz. Sólo hace falta resisitir. Ya lo dice el poeta "Rainer Maria Rilke". Poeta de lo visible a lo invisible. "Estar aquí es maravilloso". Vamos a aprovecharlo una vez que nos han dado la vida.

LA VIDA

MAS DE QUE SIRVEN NUESTRAS VIDAS
SI NO ENRIQUECEN A OTRAS VIDAS

José Hierro

sábado, 7 de marzo de 2009

¡Dios no existe, y el hombre es su profeta! del libro Niels Lyhne

- ¡Dios no existe, y el hombre es su profeta!-dijo Niels amargamente pero tambíen con tristeza.
- Sí, ¿no es cierto?-se mofó Hjerrild.
Y al rato añadió:
- Y empero el ateismo es intensamente prosaico, y su objetivo, al fin y al cabo, no es más que una humanidad desilusionada. La fe es un dios conductor y condenatorio, es la última gran ilusión de la humanidad. ¿Y que pasará cuando la pierda? ¿Será más sabia, más rica, más feliz? Yo no lo veo así.
- Pero-exclamo Niels Lyhne-, ¿es que no comprende que el día en que la humanidad pueda gritar con alegria y libertad. "DIOS NO EXISTE", ese día se creará, como por arte de magía, un nuevo cielo y una nueva tierra? Sólo entonces el cielo será un espacio libre e infinito, en lugar de un amenazante ojo escrutador. Sólo entonces la tierra será nuestra, y nosotros seremos de la tierra, cuando ese mundo de oscura beatitud y condena allá fuera reviente como una burbuja. La tierra será nuestra verdadera patria, el hogar de nuestros corazones, donde no seremos invivitados de piedra por un breve espacio de tiempo, sino para siempre. Y que intensidad lo conferirá la vida cuando tenga que abarcarlo todo y nada quede fuera. La inmensa ola de amor que entonces se alzará hacia el dios creído cuando el cielo está vacío, esta ola se abalanzará sobre la tierra, como paso amatorio hacia las bellas cualidades y virtudes humanas con las que hemos potenciado y ataviado la divinidad para hacerla merecedora de nuesro amor. BONDAD, JUSTICIA, SABIDURIA, ¿quién es capaz de nombrarlas todas? ¿No comprende la nobleza que se exenderá por la humanidad cuando esta pueda vivir su vida y morir su muerte libremente, sin temor al infierno ni esperanza del reino de los cielos, sino temiéndose a sí misma y depositando la esperanza en sí misma? De que forma medrará la conciencia y qué consistencia adquirirá cuando la contrición y la humildad indolentes ya nada pueda expiar y ya no sea posible otro perdón que hacer el bien con el bien, el mal inflingido con el mal.
-Debe de tener una fe admirable en la humanidad. Al fin y al cabo, el ateísmo es mucho más exigente con ella que el cristianismo.
-Por supuesto.
-Por supuesto. Pero ¿de dónde piensa sacar a todos esos individuos fuertes que va a necesitar para componer su humanidad atea?
-Poco a poco, el ateísmo se encargará de educarlos. Ni esta generación ni la siguiente, ni la que vendrá después de esta sabrá soportar el ateísmo, lo sé, pero en cada generación habrá algunos, pocos, que lucharán honradamente por hacerse una vida y una muerte basadas en él y que con el tiempo conformarán una serie de antepasados espirituales que sus descendientes podrán evocar con orgullo y ganar fuerzas contemplando. Al principio, las condiciones serán adversas, la mayoría sucumbirán en la lucha y los que venzan tan sólo vencerán con las banderas desgarradas, pues todavía llevarán las tradiciones embebidas en el tuétano y porque hay tantas otras cosas además del cerebro de un hombre que hay que convencer, la sangre y los nervios, la esperanza y el anhelo, sí, incluso los sueños, tambíen para ellos. Pero da lo mismo, pues algún día llegará, y los pocos serán mayoria.
-¿De verdad lo cree? Estoy buscando un hombre. ¿No podríamos llamarle ateísmo pietista?
-Todo verdadero ateísmo...-empezo a decir Niels, pero Hjerrild lo interrumpio rapidamente.
-¡Por supuesto!-dijo-Por supuesto. ¡Hagamos todo lo posible por mantener una sola puerta abierta, un solo ojo de aguja para todos los camellos de la tierra.

Jens Peter Jacobsen