A todos los que entreis en mi blog.

Sólo deciros que busquéis la belleza que hay en las pequeñas cosas de la vida como por ejemplo: una canción, un poema, un sueño... Es lo único que nos quedará dentro de nuestra mente. Ya que vivimos todavía en este asqueRoso mundo. Donde aún permitimos que los niños se mueran de hambre porque no tienen comida para darle sus madres. ¡ES UNA VERGUENZA! Todos debemos intentar hacer algo por ellos, aunque sea una mínima ayuda, cada uno con lo que pueda, ya sabemos que todo se mueve con el asqueroso dinero. Constribuyamos con lo que podamos. Ellos nos lo agradecerán.
"Buscad la belleza porque es la única forma de vivir en este asqueroso mundo". Qué a la misma vez es bello.
Adios a todos los amigos y amigas que veáis mi blog. Que el transcurrir de vuestras vidas o traiga grandes alegrías. Siempre después de las tristezas llega la luz. Sólo hace falta resisitir. Ya lo dice el poeta "Rainer Maria Rilke". Poeta de lo visible a lo invisible. "Estar aquí es maravilloso". Vamos a aprovecharlo una vez que nos han dado la vida.

LA VIDA

MAS DE QUE SIRVEN NUESTRAS VIDAS
SI NO ENRIQUECEN A OTRAS VIDAS

José Hierro

lunes, 28 de noviembre de 2011

ESTÁ CLARO, DE PRONTO

ESTÁ CLARO, DE PRONTO

Está claro, de pronto, que el amor,
por más que me destruya, es mi victoria.
Cómo me ha cangrenado mi corazón
la soledad, y cómo me destroza
en los rojos cristales del crepúsculo
esta hiena sangrante y desolada.
Sólo el amor nos libra en la edad roja
de la gélida cueva de los años.
Yo conocí la gloria
de estar desesperado y la miseria
del bienestar que ofrece la derrota.
Entre ruinas de lágrimas os dejo
cartas y versos, sombras que dirán
hasta donde he amado. Y tal vez,
en los más indefenso dentro de una mujer,
solitario, seré por siempre amante.

Joan Margarit

EL LIBRO DE LA MISERICORDIA

EL LIBRO DE LA MISERICORDIA

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SANTO SEA TU NOMBRE, SANTA
sea tu obra, santos sean los días que regresan a ti. Santas sean las lágrimas que revelas. Santa, sean las lágrimas que revelas. Santas sean las manos que se alzan a tí, y el llanto que estalla por ti. Santo sea el fuego entre tu voluntad y la nuestra, en el que somos purificados. Santo sea aquello que está sin redimir, cubierto con tu paciencia. Santas sean las almas perdidas en el innombrable. Santa, y brillando con gran luz, sea cada cosa viva, establecida en este mundo y cubierta de tiempo, hasta que tu nombre sea alabado para siempre.

Leonard Cohen