MUSAS
Ahora parece que me seque.
Como el Drago de al lado de casa.
Parece que las Musas no quieren venir.
No sé el por.
Mas ahora estoy escribiendo.
Habrá venido una despistada de visita.
No me abandonéis, Musas queridas.
Venir de fiesta cuando lo creáis oportuno.
Yo os recibiré con los brazos en alto.
El parisino de París