Yo volví a la vida
un
día sin saber por
qué,
o sabiendo, ya que
era destino de vida.
Yo volví en esos
días
a la nueva luz
-moribundo
estaba- por la
llamada de un
ser que no conozco.
¿Me llamó para
descubrir el amor?
Tal vez fue un
milagro o la ciencia.
No sé quien fue,
mas renací
a mi nuevo destino.
Comencé a caminar
en la nueva
llamada donde soy
feliz con
mis tristezas y
alegrías.
Quisiera derramar
luz
a todo ser viviente
para y por su
felicidad, me
entendieras o no.
Mas te digo, ama con
tu alma, y verás
que tu corazón no
será
ya abandonado,
aunque
te sientas solo por
momentos.
Es el acompañamiento
necesario
para el perpetuo
amor y tu paz.
El parisino de París