A todos los que entreis en mi blog.

Sólo deciros que busquéis la belleza que hay en las pequeñas cosas de la vida como por ejemplo: una canción, un poema, un sueño... Es lo único que nos quedará dentro de nuestra mente. Ya que vivimos todavía en este asqueRoso mundo. Donde aún permitimos que los niños se mueran de hambre porque no tienen comida para darle sus madres. ¡ES UNA VERGUENZA! Todos debemos intentar hacer algo por ellos, aunque sea una mínima ayuda, cada uno con lo que pueda, ya sabemos que todo se mueve con el asqueroso dinero. Constribuyamos con lo que podamos. Ellos nos lo agradecerán.
"Buscad la belleza porque es la única forma de vivir en este asqueroso mundo". Qué a la misma vez es bello.
Adios a todos los amigos y amigas que veáis mi blog. Que el transcurrir de vuestras vidas o traiga grandes alegrías. Siempre después de las tristezas llega la luz. Sólo hace falta resisitir. Ya lo dice el poeta "Rainer Maria Rilke". Poeta de lo visible a lo invisible. "Estar aquí es maravilloso". Vamos a aprovecharlo una vez que nos han dado la vida.

LA VIDA

MAS DE QUE SIRVEN NUESTRAS VIDAS
SI NO ENRIQUECEN A OTRAS VIDAS

José Hierro

miércoles, 15 de abril de 2009

Poemas de mi amigo Rilke

[DESCONCIÉRTAME, MÚSICA]

Desconciértame música,
con tus ritmos airados. Oh alto reproche alzándose
pegado al corazón
que no quería latir ni fatigarse. Mi corazón: ahí:
contempla tu grandeza.
¿No tienes casi siempre suficiente con un ritmo más leve?
Pero esperan las bovedas,
las bovedas más altas, a que tú las ocupes con tumulto de
órgano.
¿Por qué ansías el rostro contenido de la desconocida amada?
Si tu anhelo no tiene suficiente,
si no puede impelir la trompeta el ángel, el que anuncia
el juicio universal,
oh, entonces es que no es ella tampoco, en ningún lugar nace
la que buscas muriéndose de tu sed...

París, mayo de 1913
Ámbito e las Elegías de duino


[AY SI EN EL AIRE FLOTA]

Ay sin en el aire flota
un reclamo amoroso que se abre.
Contened en el pecho
el perfume del corazón; entonces
sois las flores, pues os hacéis entrega,
tornando nuestro espacio reflexivo
en súbitos jardines.

París, verano de 1911


[PERO, DIME, ¿CONOCES...]

Pero, dime, ¿conoces las noche de amor?
¿Flotaron en tu sangre
las tiernas palabras como sépalos?
Dime, en tu cuerpo amado, ¿no hay lugares?
que conservan recuercos como ojos?

París, verno de 1909


[OLVIDA, OLVIDA, VAMOS]

Olvida, olvida, vamos
a ver tan sólo cómo
las estrellas penetran
por un cielo nocturno, iluminado;
cómo escala la luna
por sobre los jardines a lo alto.
Ha mucho ya sentiamos
que en lo oscuro todo es más espejante,
que una claridad nace y es una sombra blanca
en el reflejo de la oscuridad.
Pero ahora tomemos sin reserva
el camino que nos conduce al seno
de un mundo que es de luna.

París, veranode 1909



[TODAVÍA COMO EN LA VEZ PRIMERA]

Todavía como en la vez primera
a penas si podemos admitir
que nosotros no somos;
y por eso elevamos cada vez
el pesado lamento del arpa
si es que un día no lo ocupan los lamentos de amor.
Que ligeros que eran, ay, aquellos,
pero éste, pesado,
no se queda allá arriba:
apenas llega al margen, ya se cae.

París, septiembre de 19007


UN VIENTO DE PRIMAVERA

Viene con este viento destino; oh deja, deja
que venga lo que pugna
y aquello en lo que ciego arderemos:
todo esto te alcance. No te muevas.
Nuestro destino viene con ese viento.
De alguna parte trae este viento nuevo,
con la carga de innominadas cosas,
sobre el mar vacilando, lo que somos.
Pero ay si lo fuésemos. Entonces si estaríamos en casa.
Ascendería el cielo de nosotros, se pondría en nosotros...
Pero con este viento siempre va y se marcha
sobre nosotros el destino inmenso.

Capri, febrero de l907


[AL ÁNGEL]

No aguardes mi elección, sino que exige;
tú lo puedes, pues no te hace falta.
Cómo un crujido, impenetrable,
te has precipitado y me has salido al paso.
Mi angustía áun propendía
a eludir tu oleaje.
Más quién se ocultaría y tras qué dique
si creciera el océano hasta el cielo.

París en el cambio del año 1913/1914


[¿NO ES EL DOLOR...]

¿No es el dolor...- tan pronto un nuevo estrato
es alcanzado por
la reja del arado, con firme mano usada-,
no es bueno acaso el dolor? ¿Y cuál va a ser el último
el que interrumpa todos los dolores?

¿Cuánto duelo ha de se consumado?
¿Cuándo bastó y fue tiempo de asumir ese otro
dolor más llevadero?
Y sin embargo, reconozco yo,
mejor que la mayor parte de esos
que un día, resucitan la bienaventuranza.

París, otoño de 1913


Continuará...