A todos los que entreis en mi blog.

Sólo deciros que busquéis la belleza que hay en las pequeñas cosas de la vida como por ejemplo: una canción, un poema, un sueño... Es lo único que nos quedará dentro de nuestra mente. Ya que vivimos todavía en este asqueRoso mundo. Donde aún permitimos que los niños se mueran de hambre porque no tienen comida para darle sus madres. ¡ES UNA VERGUENZA! Todos debemos intentar hacer algo por ellos, aunque sea una mínima ayuda, cada uno con lo que pueda, ya sabemos que todo se mueve con el asqueroso dinero. Constribuyamos con lo que podamos. Ellos nos lo agradecerán.
"Buscad la belleza porque es la única forma de vivir en este asqueroso mundo". Qué a la misma vez es bello.
Adios a todos los amigos y amigas que veáis mi blog. Que el transcurrir de vuestras vidas o traiga grandes alegrías. Siempre después de las tristezas llega la luz. Sólo hace falta resisitir. Ya lo dice el poeta "Rainer Maria Rilke". Poeta de lo visible a lo invisible. "Estar aquí es maravilloso". Vamos a aprovecharlo una vez que nos han dado la vida.

LA VIDA

MAS DE QUE SIRVEN NUESTRAS VIDAS
SI NO ENRIQUECEN A OTRAS VIDAS

José Hierro

sábado, 23 de mayo de 2009

APRENDER EL AMOR

APRENDER EL AMOR

El amor es una cosa dificil, y es más difícil que otras cosas, porque en otros conflictos la propia naturaleza exhorta al hombre a concentrarse, a reunir todas sus fuerzas con firmeza, con energía, mientras que en la intensificación del amor el estímulo consiste en darse del todo. ¿Pero [...] puede ser hermoso el darse, no como algo completo y ordenado, sino al azar, pedazo a pedazo, como lo disponga la casualidad? Ese entregar, que se asemeja tanto a un arrojar y aun desgarrar, ¿puede ser algo bueno , puede se dicha, alegría, progreso?. No, no puede serlo... Cuando regalas flores a alguien, antes las regalas, ¿no es cierto? Pero lo jovenes que se quieres se arrojan el uno al otro con la impaciencia y la premura de su pasión, y no se dan cuenta de la falta de mutua estima que hay en esa entrega desordenada; sólo advierten después, con asombro y enojo, por la desavenencia que surge entre ellos a causa de todo ese desconcierto. Y cuando se ha instalado entre ellos la desunión, entonces crece la confusión con cada día que pasa; ninguno de los dos tiene ya en su entorno nada entero, puro e integro, y en medio del desconsuelo de una ruptura tratan de mantener la ilusión de su dicha (porque todo eso ha sido, según ellos, para alcanzar la felicidad). Ay, apenas son capaces de recordar lo que querían decir con aquello de la felicidad. En su inseguridad, el uno es cada vez más injusto con el otro, quienes querían hacerse bien mutuamente se tratan de manera dominante e intránsigente y en su empeño por salir de algún modo de ese insostenible e insoportable estado de confusión, cometen el mayor error que se puede dar en las relaciones humanas: pierden la paciencia. Se apresuran a llegar a un final, a una decisión que ellos creen definitiva, tratan de aclarar de una vez para siempre su relación, cuyos sosprendentes cambios los han asustado, para que a partir de ese momento siga siendo "eternamente" (como ellos dicen) la misma. Ése es sólo el último error de la larga cadena de equivocaciones que se condicionan una a otras. Ni si quiera lo muerto puede mantenerse definitivamente (porque se descomopone y cambia en su propia substancia): cuando menos puede ser tratado de modo concluyente, de una vez para siempre, lo vivo, lo animado. Vivir es, precisamente, transformarse, y a las relaciones humanas, que son un compendio de la vida, son lo más cambiante de todo, suben y bajan de un minuto a otro, y los amantes son aquellos en cuya relación y en cuyo contacto ningún instante es igual que el otro. Personas entre las que nunca ocurre nada habitual, nada que se haya dado, sino siempre cosas nuevas, inesperadas, insólitas. Existen tales relaciones, que deben ser de una dicha inmensa, casi insoportable, pero sólo puede surgir entre persona muy ricas y entre aquella que son, cada una de por sí , ricas, ordenadas y recogidas sólo dos mundos vastos, profundos, autonomos, pueden contraer tales vinculos. Los jovenes -eso va de por si- no pueden alcanzar tal relación, pero, si afrontan la vida de manera adecuada, pueden ir creciendo lentamente en dirección a esa dicha y prepararse para ella. Cuando aman no han de olvidar que son principiantes, ignorantes de la vida, aprendices del amor: han de aprender el amor, y para ello hace falta (como en todo aprendizaje) sosiego, paciencia y recogimiento.

Tomar en serio el amor y sufrir y aprenderlo como cualquier trabajo, eso es [...] lo que necesitan los jovenes. La gente ha entendido mal, como tanta otras cosas, la posición del amor en la vida, lo han convertido en juego y diversión, porque pensaban que el juego y la divesión comportan más felicidad que el trabajo, pero no hay nada más venturoso que el trabajo, y el amor, precisamente por ser la ventura suprema, no puede ser otra cosa que trabajo. Por tanto, quien ama ha de intentar comportarse como si tuviera un gran trabajo; ha de estar mucho a solas y centrarse en si mismo y reunir con determinación toda sus fuerzas y mantenerse firme; ha de trabajar; ¡ha de llegar a ser algo!

Porque [...] tanto más se es, tanto más rico es lo que se vive. Y quien quiere tener en la vida un amor profundo, ha de ahorrar y recolectar y almacernar miel.

[De a Friedrich Westhoff, 29 de abril de 1904]

Rainer Maria Rilke. Poeta.


Sólo un pequeño comentario. Estoy en todo de acuerdo con mi amigo. Grande mi amigo.