QUÉ NOCHE de hojas suaves y de sombras
de hojas y de sombras de tus parpados,
la noche toda turba en ti, tendida,
palpitante de aromas y de astros.
El aire besa, el aire besa y vibra
como un bronce en el límite lontano
y el aliento en que fulgen las palabras
desnuda, puro, todo, cuerpo humano.
Yo soy el que has querido, piel sinuosa,
yo soy el que tú sueñas, ojos llenos
de esa sombra tenaz en que boscajes
abren y cierran párpados serenos.
Qué noche de recónditas y graves
sombras de hojas, sombras de tus parpados:
está en la tierra el grito mío, ardiendo,
y quema tu silencio como un labio.
Era una noche y una noche nada
es, pregona en sus cántigas el viento:
aún oigo tu anhelar, tu grminar melódico
y tu rumor de dátiles al viento.
Y he de cantar en dias derivantes
por ondas de oro, y en la noche abierta
que enturbiará de ti mi pensamiento,
he de cantar con voz de sombra llena.
Qué noche de hoja suaves y de sombras
de hojas y de sombras de tus párpados,
la noche toda turba en ti, entendida,
palpitante de aromas y de astros.
CANCIÓN DE LA DISTANCIA
MIRARÁS un país turbio entre mis ojos
mirarás mis pobres manos rudas,
mirarás la sangre oscura de mis labios:
todo en mí es una desnudez tuya.
Venía por arboladas la voz dulce
como acercando un bosque húmedo y fresco,
y una estrella caía duramente,
fija, la antigua cicatriz de un beso.
De arena parecian los cielos y volvía
poseso del rumor que cual dos alas
me ciñó en una ronda inacabable,
me ciño al fín la flor de tu palabra.
¿Que rojea en la noche sino el puro
labio tuyo? Y corazón, estrella y sueño,
mueve un solo vaivén que lejos fluye,
turbio como distancia y como ruego.
Tu desnudez verás en mis ojos absortos
miraras mi horizonte que roe una fogata,
tú que no serás nunca sino una masa de llamas,
en mi honda noche de árboles, calada.
Desnudo en mi fevor y tú en tu sangre,
es más que de seda suave este silencio,
en esta noche ancha en que germina
todo y palpita todo, aromas y luceros.
Volver cuando anoche en canto y frondas
y rumia el viento que lo aleja todo:
ya no veré sino una palma muda
y el cielo, un áureo torbellino, en torno.
Volver, los cielos parecían de arena,
ha mucho, hace un instante, ha mucho tiempo;
y nadie ha de quitarme esta noche en que fuiste
larga y desnuida carne vestida de mi aliento.
Volver la senda turbia oyendo al viento
rumiar lejos, muy lejos, de los días.
Por mi canción conocerás mi valle,
su hondura en mi sollozo has de medirla.
REMOTA LUZ
SI DE TIERRAS hermosas retorno,
¿qué traigo? ¡Me cegó su resplandor!
Las manos desnudas, rudas, nada,
no traigo nada: traigo una canción.
Tierra buena, murmullo lánguido
caricia, tierra casta,
¿cuál tu nombre, tu nombre tierra mía
tu nombre Herminia, Marta?
Dorado arrullo eras.
Yo te besé tierra del gozo.
Tu noche era honda y grave,
y tu día, a mis ojos, una montaña de oro.
tierra, tierra dulce y suave,
¿cómo era tu faz, tierra morena?
CANCIÓN DEL RETORNO
SOY EL QUE vuelve por la umbrosa senda,
soy el que vuelve de un camino lago
con esta dicha de inasibles dones:
yo vi una hermosa tierra.
Si ella me dio sus mieles en sus plantíos prosperos
y amorosa temblome en tribus de juncales,
en su luz yo erguí en su luz mi frente.
¡Lo dirán mis huellas!
La luz segaba, segaba la luz pura,
con mi jovialidad en trémulas gavillas
la luz de dias dorados recogía.
¡Lo dirán mis huellas!
Es una tierra hermosa
amó mi barba ruda una mujer endrina
y mi jovialidad.
Soy el que vuelve,
soy el que vuelve en noche de un camino.
Mis ojos te miraron, suaves, tierra amorosa
y en los pozos de luz de tus días
mujeres, mujeres en florido haz.
A mi su gracia, su ufanía, su honda manera de mirar.
Mas del canto, el inmúmero canto,
de la fertilidad,
de los días de espigas, ¿nada
retengo?
Nada, intimidad.
Soy el que vuelve con su dicha oscura:
vago de cielos cándidos,
amé, soñé, canté por tierras buenas,
¡oh claridad!
Dorado arullo eras
-yo te besé tierra morena-
tu noche honda y suave
y tu día, a mis ojos, una montaña de oro.
Tierra, tierra dulce y suave.
¿cómo era tu faz tierra morena?
Del amor de coss vagas, de unas tierras
ardorosas,
soy el qie vuelve en noche sin caminos.
¿De las tierrras doradas qué traigo?
¿Qué traigo?
¡Me cegó su resplandor!
¿Qué traigo? Las manos desnudas, nada,
no traigo nada, traigo una canción.
Tierra bella, murmullo lánguido,
caricia, tierra dulce,
¿cuál tu nombre, tu nombre tierra suave,
¿cuál tu nombre, tu nombre Herminia, Marta?
¡Soy el que vuelve con su dicha oscura!
Aurelio Arturo
PESADILLAS
Cuantas he sufrido en noches
de soledad. Fueron amargas.
Me perforarón muchas veces
el musculo de la vida, Ahora
se han ido para no volver. Sí. Yo
luche por ello. Llego la libertad.
Ahora si se han ido todos los oscuros.
Giovanni
no traigo nada, traigo una canción.
Tierra bella, murmullo lánguido,
caricia, tierra dulce,
¿cuál tu nombre, tu nombre tierra suave,
¿cuál tu nombre, tu nombre Herminia, Marta?
¡Soy el que vuelve con su dicha oscura!
Aurelio Arturo
PESADILLAS
Cuantas he sufrido en noches
de soledad. Fueron amargas.
Me perforarón muchas veces
el musculo de la vida, Ahora
se han ido para no volver. Sí. Yo
luche por ello. Llego la libertad.
Ahora si se han ido todos los oscuros.
Giovanni