Ay, si yo supiera para quién toco
podría murmurar como el arroyo
Pude atisbar si niños muertos gustan
de oir el tono que da mi astro interno;
si las muchachas, ya idas, me escuchan
musitando en el viento de la tarde.
Si yo a uno, que estaba airado, rozo
quedo através del pelo de los muertos...
Pues qué fuera la música, si no es
remontarse más allá de las cosas.
Ella, cierto, sin saberlo, se mueve
donde el trasnformarse nos interrrumpe.
Será bien que los amigos nos oigan-,
pero no están ellos tan sosegados
como los otros, a los que no vemos:
sintiendo más hondo una canto de vida,
porque se mueven entre lo que flota,
y se extinguen cuando el tono se extingue.
Lo que el espíritu gana del caos,
en un momento dado se hace vivo;
aun cuando sea sólo pensamiento,
se mezcla al vasto río de la sangre,
el río que no cesa...
Y ese sentimiento: ¿Dónde está su orilla?
Y lo que en puro espacio se produce,
un grano más de peso o ligereza,
puede mover mundos, desviar estrellas.
Muzot, 11 de agosto de 1924
MÚSICA
Rainer Maria Rilke
MÚSICA
Para Lorens Lehr
Duerme... Para en su mero despertar
estar tan despierta que dormitemos
vencidos por su vela... ¡Oh, sobresalto!
Toca en la tierra: suena opaca y sorda,
ahogada y envuelta por nuestras miras.
¿Toca en la estrella: a ti se te revela!
Toca en la estrella: cifras invisibles
se colman; aumentan en el espacio
caudales de atomo. Irradian tonos.
Y lo que aquí es oir, en su caudal
es también ver; esas catedrales
abovedándose en donde quiera que sea en lo ideal.
Donde la música está, como quiera que esta luz
se vierta en los oídos cual lejano sonido...
Solamente para nuestros sentidos parece esto
tan separado... Y entre éste y aquel vibrar
vibra innombrable la sobreabundancia...
¿Qué huyo a los frutos? ¿Nos da el valor
en al esfera del gusto? ¿Qué nos comunica un olor?
(Sin remedio vamos borrando paso
a paso las fronteras del hallazgo.)
Música: tú agua de nuestra fuente,
tú, chorro que cae, tú, tono que se refleja,
tú feliz despierta en el velar asida,
tú simple quietud completada por el aflujo.
Tú, más que nosotros..., de todo porqué
liberada.
estar tan despierta que dormitemos
vencidos por su vela... ¡Oh, sobresalto!
Toca en la tierra: suena opaca y sorda,
ahogada y envuelta por nuestras miras.
¿Toca en la estrella: a ti se te revela!
Toca en la estrella: cifras invisibles
se colman; aumentan en el espacio
caudales de atomo. Irradian tonos.
Y lo que aquí es oir, en su caudal
es también ver; esas catedrales
abovedándose en donde quiera que sea en lo ideal.
Donde la música está, como quiera que esta luz
se vierta en los oídos cual lejano sonido...
Solamente para nuestros sentidos parece esto
tan separado... Y entre éste y aquel vibrar
vibra innombrable la sobreabundancia...
¿Qué huyo a los frutos? ¿Nos da el valor
en al esfera del gusto? ¿Qué nos comunica un olor?
(Sin remedio vamos borrando paso
a paso las fronteras del hallazgo.)
Música: tú agua de nuestra fuente,
tú, chorro que cae, tú, tono que se refleja,
tú feliz despierta en el velar asida,
tú simple quietud completada por el aflujo.
Tú, más que nosotros..., de todo porqué
liberada.
Muzot, 16 de diciembre de 1925
Rainer Maria Rilke. Poeta de lo visible a lo invisible. Buscador de estrellas.
Que sería de nosotros sin la música. Muy fácil. No podriamos soñar sin ella. No podríamos hacer fiestas. Porque cuando el músico del bombo da la señal. Los músicos se preparan con sus partituras con esos signos extraños que hay escritas en ellas. Cogen su instrumento y a la siguiente señal. ¿Qué es lo que pasa? Pues muy fácil. Que los corazones se ponen contentos y empieza la fiesta hasta altas horas de la noche o hasta que el cuerpo aguante. Hay que aguantar por los menos este verano algún día hasta la madrugada para ver nacer el sol en una playa. Resumiendo en cuatro palabras. ¡LA MUSICA ES VIDA! Todo está lleno de ella. Buscarla siempre. Yo siempre la tengo dentro de mi corazón. Vuestros corazones se abrirán a la vida de la felicidad y de la eternidad celeste si la encontráis.
Giovanni
Giovanni