Mi estrella y las vuestras, Que lleguen a vuestros corazones.

Mi estrella y las vuestras. Buscadlas con amor y sueños. Están ahí esperándonos.


Las estrellas brillan en el cielo cuando llega la noche. A veces no las vemos porque está nuestro amigo el cielo lleno de nubes por las noches. Sólo hace falta fijarse uno bien en él, y si tu corazón está abierto a la vida una de ellas seguro que con sus rayos traspasará la nube que la esconde y llegará a la tierra para iluminar el corazón del que espera un día encontrar esa luz que tanto ha estado buscando. No sé si luz iluminará un día el corazón del que espera. Mientras, el que está a la espera vive con gran alegría los días de un año nuevo. Aparte de la gran estrella que un día llegará ha encontrado otras estrellas donde baila feliz con ellas. También mis hermanos de alma y espíritu tienen la suyas que les van a iluminar para al final las luces de ellas nos lleven a la gran alegría el día diecinueve de abril. Buscad siempre vuestras estrellas allí arriba. Sólo hace falta querer con el gran corazón de cada uno desearlas, y el sueño de la tuya se hará realidad un día. El que espera esta aquí. Está vez el sueño que ha estado esperando se va a convertir en realidad y su estrella un día le iluminará su gran corazón. Vamos a esperar porque el cielo aún sigue encapotado. Aunque por una rendija de él se escapa una rayo de ella. Faltan todos los rayos que van a llegar poco a poco hasta el rayo final del estruendo final. Que sea así, y esa estrella un día ilumine su corazón.

Giovanni

En los sueños todos buscan el amor

Rápido, tu voz más oculta. Se transmuta, te transmite. Tanto que hacer y yo me deshago. Te excomulgan de ti. Sufro, luego no sé. En el sueño el rey moría de amor por mí. Aquí, pequeña mendiga, te inmunizan. (Y aún tienes cara de niña; varios años más y no les caerás en gracia ni a los perros)

mi cuepo se abría al conocimiento de mi estar
y de mi ser confusos y difusos
mi cuerpo vibraba y respiraba
según un canto ahora olvidado
yo no era aún la fugitiva de la música
yo sabía el lugar del tiempo
y el tiempo del lugar
en el amor yo me abría
y ritmaba los viejos gestos de la amante
heredera de la visión
de un jardín prohibido

La que soño, la que fue soñada. Paisajes prodigiosos para la infancia más fiel. a falta de eso -que no es mucho-, la voz que injuria tiene razón.


La tenebrosa luminosidad de los sueños ahogados. Agua dolorosa.