Un dios con voz de purpura
remeje en nuestros bronces -¡oh gargantas!, ¡oh sueños!
el arbol rojo de la juventud.
Pájaros, nobles pájaros,
águilas irredentas del azul hemisferio,
alcatraces heridos por la luz de este día,
sed soiego de mis sienes
cuanto vive nos vive.
Hoces, hoces del día, dirimid en el nombre
la verdad y la muerte.
La luz besa la línea de los álamoss
y el rió duerme sobre mis pestañas.
La primavera es tiempo de crepúsculos.
Pere Gimferrer
Palabras ausentes
Podéis herir, amar, insultar, destruir, construir,
pero sobre todo servís para salir del túnel oscuro
una vez que se ha estado ahí, y volver a la vida
sabiendo que nos están esperando en algún lugar.
No sabemos una carretera donde nos puede llevar
Ante todo siempre hay que tener fe en lo positivo
que nuestro transcurrir por la vida nos pueda traer,
y no desesperar porque las altas montañas naciendo
serán alcanzadas.
Y la inmundicia se habrá quedado atrás de la historia
y alzaremos orgullosos la sensibilidad que dentro vendrá,
sobre todo después de que las nubes negras hayan dado
paso a la hermosura de la claridad celeste del mar llegado.
No dudemos que el ser humano es valeroso ante el horror.
Por eso os digo personas de bien, que las puertas cerradas
están pero siempre al final se abren para dar paso altivamente
y con orgullo a nueva vida. Y un día despacio darán paso
al sueño que siempre tenemos en nuestro profundo mar de neuronas
y ante todo, ir despacio pues la hermosura de todos los colores
llegará y el estruendo hará que nos permita volverla a vivir.
Giovanni