Lunes, 16 de septiembre de 1907
París VIe; 29 rue Cassette,
París VIe; 29 rue Cassette,
... Vivo en aquella expectativa, en aquella despreocupación en que el pájaro, según Kierkegaard, nos precede. El trabajo de cada día, hecho a tientas, dócilmente, con pura paciencia y el "obstáculo que estimula el fervor" como lema..., todo junto es la única forma de preocupación que no atenta contra el derecho de Dios, el cual nos acucia día tras día, noche tras noche, para que escribamos estas páginas, sin dejar lagunas y si preocuparnos por las que aún tiene en su mano. No hace mucho alguien me dijo inopinadamente: "Usted será famoso y rico". Y justo era un día que yo me sentía muy triste porque no tenía un centimo en el bolsillo... 14
_____
14. "Soy muy pobre" confeso Rilke al corresponsal de las Cartas a un Joven Poeta. En ésta a su esposa declara su talante espiritual, su estilo de vida, autor del Libro de la Pobreza y de la Muerte, donde glosa, sobre todo, la figura de Francisco de Asís, el pobre por excelencia que cantaba la fraterna analogía de todas las cosas.
Rilke es un ejemplo más que significativo de la difícil relación económica-creación. Dedicado en cuerpo y alma a su obra y a su vida- la primera nace de la segunda-, viviendo a menudo en una situación a veces precaria, la ausencia de dinero significaba para él "límite" y "obstaculo" que le marcaban y le señalaban el camino. El tener lo justo inpedía que su energía se dispersara o discurriera por caminos erróneos. Por ejemplo, durante años anheló el viaje a España, que sólo pudo realizarse, presumiblemente por razones tanto todo económicas, en 1912. Pero ese año él ya estaba preparado anímicamente para afrontar la prueba de permanecer sólo en un país cuya lengua desconocía absolutamente.
Poco a poco cura su ansiedad, paulatinamente realiza la experiencia de dejarse conducir por la vida, de confiar en ella, de saber, de sentir que no va solo. Poco a poco realiza la experiencia de aquella seguridad ontológica en medio de la radical inseguridad social, que lo apróxima al animal y a la naturaleza - que no ahorran de cara al futuro incierto. Poco a poco realiza algo impensable para la conciencia ordinaria: la vida no se gana, sino que se recibe con corazón agradecido, paso a paso, día a día. Por lo mismo, no se cansa de cantar su esplendidez y su abundancia, afirmando que vive del milagro: "Créame, escribre a un psicoanalista dos días después de haber iniciado las Elegías de Duino, no hay nada que me impresione tanto como lo que mi vida tiene de incomprensible, de excepcional, de milagroso... Y esto es tan verdad que en el pensamiento de dejar de escribir sólo me aplasta el hecho de no haber descrito hasta el límite el contorno absolutamente prodigioso de esta existencia tan extrañamente conducida. (...) ¿ Me podrá entender si le digo que temo enturbiar con cualquier clasificación o control un orden infinitamente superior, al que, en definitiva, tras todo lo que he vivido, de dar razón, incluso si me aniquilase ?" (Al barón Emil von Gebsattel, 14.I.1912).
Pobreza en Rilke significa no tener nada y, por lo mismo recibirlo todo. Es sinónimo de abundancia: Se alojó, por ejemplo, en los mejores hoteles tanto en Toledo como en Ronda,. Y murió en u carísimo sanatorio de Suiza. Riklke autor del Libro de la pobreza y de la muerte, por su complicidad con el insconciente y con la inspiración, las convirtió en Abundancia y Vida.
Rainer Maria Rilke
_____
14. "Soy muy pobre" confeso Rilke al corresponsal de las Cartas a un Joven Poeta. En ésta a su esposa declara su talante espiritual, su estilo de vida, autor del Libro de la Pobreza y de la Muerte, donde glosa, sobre todo, la figura de Francisco de Asís, el pobre por excelencia que cantaba la fraterna analogía de todas las cosas.
Rilke es un ejemplo más que significativo de la difícil relación económica-creación. Dedicado en cuerpo y alma a su obra y a su vida- la primera nace de la segunda-, viviendo a menudo en una situación a veces precaria, la ausencia de dinero significaba para él "límite" y "obstaculo" que le marcaban y le señalaban el camino. El tener lo justo inpedía que su energía se dispersara o discurriera por caminos erróneos. Por ejemplo, durante años anheló el viaje a España, que sólo pudo realizarse, presumiblemente por razones tanto todo económicas, en 1912. Pero ese año él ya estaba preparado anímicamente para afrontar la prueba de permanecer sólo en un país cuya lengua desconocía absolutamente.
Poco a poco cura su ansiedad, paulatinamente realiza la experiencia de dejarse conducir por la vida, de confiar en ella, de saber, de sentir que no va solo. Poco a poco realiza la experiencia de aquella seguridad ontológica en medio de la radical inseguridad social, que lo apróxima al animal y a la naturaleza - que no ahorran de cara al futuro incierto. Poco a poco realiza algo impensable para la conciencia ordinaria: la vida no se gana, sino que se recibe con corazón agradecido, paso a paso, día a día. Por lo mismo, no se cansa de cantar su esplendidez y su abundancia, afirmando que vive del milagro: "Créame, escribre a un psicoanalista dos días después de haber iniciado las Elegías de Duino, no hay nada que me impresione tanto como lo que mi vida tiene de incomprensible, de excepcional, de milagroso... Y esto es tan verdad que en el pensamiento de dejar de escribir sólo me aplasta el hecho de no haber descrito hasta el límite el contorno absolutamente prodigioso de esta existencia tan extrañamente conducida. (...) ¿ Me podrá entender si le digo que temo enturbiar con cualquier clasificación o control un orden infinitamente superior, al que, en definitiva, tras todo lo que he vivido, de dar razón, incluso si me aniquilase ?" (Al barón Emil von Gebsattel, 14.I.1912).
Pobreza en Rilke significa no tener nada y, por lo mismo recibirlo todo. Es sinónimo de abundancia: Se alojó, por ejemplo, en los mejores hoteles tanto en Toledo como en Ronda,. Y murió en u carísimo sanatorio de Suiza. Riklke autor del Libro de la pobreza y de la muerte, por su complicidad con el insconciente y con la inspiración, las convirtió en Abundancia y Vida.
Rainer Maria Rilke