En la playa hay las
dos Españas o las tres.
Allí conversamos como
a iguales, sin preguntarnos
nuestros pensamientos
políticos que los tenemos.
Allí al arrullo de las olas
nos deleitemos del calor
del verano por instantes.
Llegará el día de la marcha
y la amistad sin querer
se habrá ido manifestado.
Las ideas cada uno tendrá.
Mas la amistad se abre paso.
El parisino de París