FRANCISCO

Quedamos como había dicho.

Al encontrarnos: Me dijo, amor mío.

Yo me quede sorprendido.

Era la segunda vez que habíamos

quedado en el hotel de la primer vez.

Era tan atrevido que sus atrevidas.

Eran tan intensas que en esta segunda

cita esperaba que fueran como la primera.

Con todo su falo dentro de mí.

Para aguantar todas sus embestidas,

para que los dos nos extasiáramos

con el vicio que habíamos encontrado

dándonos el uno al año el amor que me

había dicho y me prometía desde

la primera vez que nos encontramos.

Era de ojos grises, cabellos largos

y cuerpo de horas y horas de gimnasio.

Que yo cogía mientra él me daba

todo lo suyo dentro de mí.

Era extraordinario dando amor.

Puro vicio de los dos.

juan antonio garcía vidal

 TARDE DE VERANO

Tarde de verano.

Cielo azul despejado.

¡Por fin!

Todo puede suceder.

Suceder todo puede.

Hasta que un cometa traspase

el cielo en la noche.

De donde no sabemos de donde

vendrá para iluminarla fugazmente.

Ahora no hay humedad.

Tanta hubo.

Se puede respirar profundamente.

Solicito que no la haya nunca,

en el verano que queda.

Es el infierno.

Despejado es el cielo.

juan antonio garcía vidal

 XAVIER

Camine, caminando por las calles

y avenidas de la ciudad de París.

No sé ni lo que buscaba.

Si es que algo de ello era lo que quería.

Mas otra vez apareció él.

Que lo había conocido en una Brasserie

de la ciudad de cuyo nombre no me acuerdo.

Quede tan extasiado de su belleza de pelo

negro, ojos azabaches y de complexión fuerte

en todo el resto de su cuerpo.

Que aquel día conocido, me atreví acercarme

a él, y preguntarle su nombre.

Él me contestó, que se llamaba Xavier

Me dijo que por las noches buscaba sexo.

Previó abono, por ser su forma de subsistir

en la ciudad del amor. Entonces le pregunte,

¿cuánto? Él me dijo que la tarifa era de mil euros.

Yo me quedé sorprendido.

ÉL me contestó: "Que no era un cualquiera.

Que era un profesional"·.

Concertamos y fuimos al mejor hotel de la ciudad.

El resto se lo imaginan.

Cuando nos despedimos, todo había sido consecuente.

Quedamos que nos volveríamos a citar.

juan antonio garcía vidal