Me entristezco. Soy un ser sin futuro. Me dejo llevar. Debe ser por eso por lo que amo las hojas.Sin embargo, debo estudiar para decir que estudio. De lo contrario no valdré nada. Mi madre quiere que estudie. Quiere que tenga un título. (Sonrío despreciativa.) ¡Qué me importan los títulos! Digo que quiero ser escritora. ¡Bah! Son cosas al margen dicen. ¡Al margen! Ellos no saben lo que es llorar sobre una hoja vacía y llenarla pacientemente con signos creados por una misma. Parece cola de magia. Llenar un cuadernillo que estaba desnudo y triste. Darle vida y entregarle lo mejor que una tiene dentro. ¡Ah! Escribir. ¡Qué bello es escribir! Hablando de escribir, ayer leí un trozo de Azorín. Me retracto públicamente por mí desprecio hacia él. Es muy bueno. Tan claro. Tan simpático y limpio. ¡Tiene una tortura espiritual tan elegante!
Alejandra Pizarnik, de sus diarios.