A mí me sucede acercarme en el invierno a mis ausentes, como si la lluvia lo hiciera posible, Es verdad que nada importa a qué o a quién llamaron Dios, pero también es verdad esto que leí en el Talmud: "Dios tiene tres llaves: la de la lluvia, la del nacimiento, la de la resurrección de los muertos."
Alejandra Pizarnik
A mi padre y madre
le cae la lluvia en estruendo
en el lugar de los silencios.
Allí solos con los muertos.
Abandonados en el
espantoso silencio.
Siempre estarán aquí.
Hasta que llegue a mí,
la reina silenciosa.
Es el misterio de la vida.
Nacer para morir.
JAGV