LA MEJOR MEDICINA PARA EL ESPÍRITU
Ya sé que pocos hacen caso al poema.
Al poema dador de vida.
Pocos, muy pocos, lo aman.
Sé que duerme en las bibliotecas,
en los almacenes, librerías, a la espera
de que sea amado tan intensamente
como lo aman los poetas de la verdad.
Él nos da mucha vida por vivir.
Es la casa de la alegría
y de acompañamiento de los amantes
que tanto lo aman como él nos ama.
¡Vida larga y plena al poema que tanto
reconforta como medicina natural!
Cuando es necesitado en la vida normal.
juan antonio garcia vidal
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