SIN TOMAR LSD
Alucinado estaba aquel verano.
A nada y a nadie le temía.
Tantos viajes como días tuvo
el que había sido.
Me creía el amo del mundo.
Con todo podía.
Fui invencible aquellos días.
Fui el rey del Mundo.
A todos decía lo que pensaba.
En toda su cara.
Me juzgaron y me condenaron.
En un juicio farsa.
Salí de allí y le dijeron a mi mejor amigo:
¡Cuídalo!
Ahora estoy escribiendo el poema.
Y claro que sí: "Me considero un poeta".
Sin tomar LSD.
Las alucinaciones vienen con cafeína y música,
para llegar al poema, forma de vida artística.
juan antonio garcía vidal
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